No quedaba otra alternativa: un pequeño y sencillo establo. En ese rincón del mundo María y José tendrían el enorme privilegio de recibir en sus brazos ¡al Salvador del mundo!

Ha nacido el Salvador

«…OS HA NACIDO HOY, EN LA CIUDAD DE DAVID, UN SALVADOR, QUE ES CRISTO EL SEÑOR» (LUCAS 2.11, RVR1960).

El tiempo apremiaba y era necesario actuar rápido. ¡El bebé estaba a punto de nacer! Se dirigieron a la posada más cercana pero, por más que insistieron y rogaron, no pudieron convencer al dueño: ¡el sitio estaba repleto! ¡No tenía ningún espacio disponible! Y lo mismo ocurrió en los demás lugares de la pequeña aldea de Belén.

No quedaba otra alternativa: un pequeño y sencillo establo serviría como refugio en donde se realizaría el nacimiento más importante de la historia. En ese rincón del mundo y en ese preciso instante, María y José tendrían el enorme privilegio de recibir en sus brazos al niño Jesús, ¡el Salvador del mundo!

En muchísimos países se festeja la Nochebuena, un recordatorio de aquel acontecimiento que cambió el curso de la humanidad y dio inicio a la revolución más grande que los seres humanos hayamos podido imaginar: ¡Dios con nosotros! ¡El Creador junto a su creación!

Por eso, más allá de las luces, los regalos y los convites en los que tengamos la dicha de participar, que no se nos olvide la razón principal de esta celebración: Jesús ha nacido para ofrecernos su amor, perdón y paz. Él es mucho más que una figura para colocar debajo del árbol navideño. ¡Quiere que confiemos en él como Señor y Salvador de nuestra vida!

¡Muy feliz Nochebuena con Jesús en el corazón!

Sumérgete: El mayor regalo que podemos recibir en este día es la vida eterna que Dios promete darles a quienes confían en Jesús. Si ya lo hemos recibido, ¡compartamos esta buena noticia con todos los que podamos!

CRÉDITOS A VIVE LA BIBLIA