To the chief Musician for the sons of Korah, Maschil.
1 We have heard with our ears, O God, our fathers have told us, what work thou didst in their days, in the times of old.
2 How thou didst drive out the heathen with thy hand, and plantedst them; how thou didst afflict the people, and cast them out.
3 For they got not the land in possession by their own sword, neither did their own arm save them: but thy right hand, and thine arm, and the light of thy countenance, because thou hadst a favour unto them.
4 Thou art my King, O God: command deliverances for Jacob.
5 Through thee will we push down our enemies: through thy name will we tread them under that rise up against us.
6 For I will not trust in my bow, neither shall my sword save me.
7 But thou hast saved us from our enemies, and hast put them to shame that hated us.
8 In God we boast all the day long, and praise thy name for ever. Selah.
9 But thou hast cast off, and put us to shame; and goest not forth with our armies.
10 Thou makest us to turn back from the enemy: and they which hate us spoil for themselves.
11 Thou hast given us like sheep appointed for meat; and hast scattered us among the heathen.
12 Thou sellest thy people for nought, and dost not increase thy wealth by their price.
13 Thou makest us a reproach to our neighbours, a scorn and a derision to them that are round about us.
14 Thou makest us a byword among the heathen, a shaking of the head among the people.
15 My confusion is continually before me, and the shame of my face hath covered me,
16 For the voice of him that reproacheth and blasphemeth; by reason of the enemy and avenger.
17 All this is come upon us; yet have we not forgotten thee, neither have we dealt falsely in thy covenant.
18 Our heart is not turned back, neither have our steps declined from thy way;
19 Though thou hast sore broken us in the place of dragons, and covered us with the shadow of death.
20 If we have forgotten the name of our God, or stretched out our hands to a strange god;
21 Shall not God search this out? for he knoweth the secrets of the heart.
22 Yea, for thy sake are we killed all the day long; we are counted as sheep for the slaughter.
23 Awake, why sleepest thou, O Lord? arise, cast us not off for ever.
24 Wherefore hidest thou thy face, and forgettest our affliction and our oppression?
25 For our soul is bowed down to the dust: our belly cleaveth unto the earth.
26 Arise for our help, and redeem us for thy mercies’ sake.
Pasado y presente de Israel
Al músico principal. Masquil de los hijos de Coré.
1 Dios nuestro, lo oímos con nuestros oídos,
y nuestros padres nos lo contaron:
¡las grandes proezas que, en su favor,
realizaste en los días de antaño!
2 ¡Tú mismo desalojaste a las naciones,
castigaste duramente a esos pueblos,
y a nuestros padres los dejaste echar raíces!
3 Porque no fue la espada
lo que les dio posesión de la tierra;
ni fue tampoco su brazo lo que les dio la victoria;
¡fue tu mano derecha, fue tu brazo,
fue el resplandor de tu rostro,
porque en ellos te complacías!
4 Dios mío, ¡tú eres mi rey!
¡Envía tu salvación al pueblo de Jacob!
5 ¡Por ti derrotaremos a nuestros enemigos!
¡En tu nombre los hundiremos en el suelo!
6 Yo no confiaría en mis flechas,
ni tampoco mi espada podría salvarme;
7 pero tú puedes salvarnos de nuestros enemigos,
y poner en vergüenza a los que nos odian.
8 ¡En ti, Dios nuestro, nos gloriaremos siempre,
y nunca dejaremos de alabar tu nombre!
9 Pero nos has abandonado,
nos has puesto en vergüenza.
Ya no acompañas a nuestros ejércitos.
10 Nos has hecho retroceder ante el enemigo,
y los que nos aborrecen nos despojan de todo.
11 Has dejado que nos maten como a ovejas,
y nos has esparcido entre las naciones.
12 ¡Has vendido a tu pueblo de balde!
¡Nada has ganado con venderlo!
13 Nos has humillado ante nuestros vecinos;
somos motivo de burla para los que nos rodean.
14 Has hecho de nosotros la burla de la gente;
al vernos, todos mueven burlones la cabeza.
15 Todo el tiempo debo encarar mi vergüenza;
me abruma no poder dar la cara
16 por lo que dicen los que tanto me ofenden,
¡por lo que hacen mis vengativos enemigos!
17 Aunque todo esto nos ha sucedido,
jamás nos hemos olvidado de ti;
jamás hemos quebrantado tu pacto.
18 Jamás ha decaído nuestro ánimo,
ni nos hemos apartado de tus sendas.
19 ¡Pero tú nos arrojaste en cuevas de chacales!
¡Nos cubriste con las sombras de la muerte!
20 Dios nuestro,
si nos hubiéramos olvidado de tu nombre,
o si hubiéramos rendido culto a otro dios,
21 ¿acaso tú no habrías llegado a saberlo?
¡Si tú conoces los secretos más recónditos!
22 Pero por ti nos matan todo el tiempo;
¡nos consideran ovejas para el matadero!
23 ¡Despierta, Señor! ¿Por qué duermes?
¡Levántate, no te alejes para siempre!
24 ¿Por qué te escondes de nosotros?
¿Por qué te olvidas de la opresión que sufrimos?
25 Nuestro ánimo se halla por el suelo,
¡nuestros cuerpos se arrastran por la tierra!
26 ¡Levántate, ven a ayudarnos
y, por tu gran misericordia, sálvanos!