David intenta llevar el cofre a Jerusalén
(2 S 6.1-11)1 David consultó a los jefes de su ejército, 2-3 y después les dijo a los israelitas:
«Desde que Saúl era rey, nos hemos olvidado del cofre de nuestro Dios. Por eso, si ustedes creen que está bien, y si es la voluntad de nuestro Dios, vamos a llamar al resto del pueblo, y también a todos los sacerdotes y los ayudantes que están en sus ciudades y tierras de pastoreo. Los invitaremos para que, junto con ellos, traigamos el cofre del pacto de Dios».
4 Y los israelitas aceptaron lo que David propuso.
5-6 Entonces David reunió a todo el pueblo de Israel. Lo reunió desde Sihor, en la frontera con Egipto, hasta la entrada de Hamat. Luego fue con ellos a Quiriat-jearim, también llamada Baalá de Judá, para llevarse a Jerusalén el cofre de Dios todopoderoso. Ante ese cofre se ora a Dios, que reina entre los querubines.
7 Los israelitas sacaron el cofre de la casa de Abinadab, y lo pusieron sobre una carreta nueva que iban guiando Uzá y Ahió.
8 David y todos los israelitas iban danzando con todas sus fuerzas y cantando muy alegres delante de Dios, al son de la música de guitarras, arpas, panderos, platillos y trompetas. 9 Cuando llegaron a un lugar donde se limpiaba el trigo, que pertenecía a Quidón, los bueyes que jalaban la carreta se tropezaron. Entonces Uzá sostuvo el cofre para que no se cayera, 10-11 pero a Dios no le gustó que él tocara el cofre, y allí mismo le quitó la vida, partiéndolo en dos. David se enojó mucho porque Dios le había quitado la vida a Uzá, y por eso llamó a ese lugar Peres-uzá. 12 Pero luego sintió miedo y dijo: «Es mejor que no me lleve el cofre de Dios».
13-14 Y David no se atrevió a llevar el cofre de Dios a Jerusalén, así que lo dejó en casa de Obed-edom, que vivía en Gat. El cofre de Dios se quedó allí tres meses, y durante ese tiempo Dios bendijo a la familia de Obed-edom y todo lo que tenía.
1 And David consulted with the captains of thousands and hundreds, and with every leader. 2 And David said unto all the congregation of Israel, If it seem good unto you, and that it be of the LORD our God, let us send abroad unto our brethren every where, that are left in all the land of Israel, and with them also to the priests and Levites which are in their cities and suburbs, that they may gather themselves unto us: 3 And let us bring again the ark of our God to us: for we enquired not at it in the days of Saul. 4 And all the congregation said that they would do so: for the thing was right in the eyes of all the people. 5 So David gathered all Israel together, from Shihor of Egypt even unto the entering of Hemath, to bring the ark of God from Kirjath-jearim. 6 And David went up, and all Israel, to Baalah, that is , to Kirjath-jearim, which belonged to Judah, to bring up thence the ark of God the LORD, that dwelleth between the cherubims, whose name is called on it . 7 And they carried the ark of God in a new cart out of the house of Abinadab: and Uzza and Ahio drave the cart. 8 And David and all Israel played before God with all their might, and with singing, and with harps, and with psalteries, and with timbrels, and with cymbals, and with trumpets.
9 ¶ And when they came unto the threshingfloor of Chidon, Uzza put forth his hand to hold the ark; for the oxen stumbled. 10 And the anger of the LORD was kindled against Uzza, and he smote him, because he put his hand to the ark: and there he died before God. 11 And David was displeased, because the LORD had made a breach upon Uzza: wherefore that place is called Perez-uzza to this day. 12 And David was afraid of God that day, saying, How shall I bring the ark of God home to me? 13 So David brought not the ark home to himself to the city of David, but carried it aside into the house of Obed-edom the Gittite. 14 And the ark of God remained with the family of Obed-edom in his house three months. And the LORD blessed the house of Obed-edom, and all that he had.