Abram rescata a Lot
1-2 Por aquellos días hubo guerra entre dos grupos de reyes. En un bando estaban los reyes:
Amrafel de Babilonia,
Arioc de Elasar,
Quedorlaómer de Elam,
Tidal de Goím.
En el otro bando estaban los reyes:
Bera de Sodoma,
Birsá de Gomorra,
Sinab de Admá,
Seméber de Seboím,
el rey de Sóar.
3-4 Durante doce años, estos cinco reyes habían sido dominados por Quedorlaómer, pero un año después se rebelaron contra él. Entonces reunieron sus ejércitos en el valle del Mar Muerto. 5 Al año siguiente, Quedorlaómer y los reyes que estaban de su parte salieron a pelear contra aquellos cinco reyes. En Astarot Carnaim derrotaron a los refaítas; en Ham derrotaron a los zuzitas; en Savé-quiriataim derrotaron a los emitas; 6 en las montañas de Seír derrotaron a los horeos, y los persiguieron hasta El-parán, cerca del desierto. 7 Después de eso regresaron a Cadés y conquistaron todo el territorio de los amalecitas. En Hasesón-tamar vencieron a los amorreos que vivían allí.
8 Por su parte, los reyes de Sodoma, Gomorra, Admá, Seboím y Bela fueron al valle del Mar Muerto, y allí presentaron batalla 9 contra los reyes de Elam, Goím, Babilonia y Elasar. Lucharon cuatro reyes contra cinco. 10 Pero como ese valle estaba lleno de pozos de brea, cuando los reyes de Sodoma y de Gomorra huyeron, fueron a caer dentro de esos pozos. El resto del ejército huyó hacia las montañas. 11 Entonces los cuatro reyes se robaron todas las riquezas y todos los alimentos que había en Sodoma y Gomorra, y se marcharon. 12 Y como Lot vivía en Sodoma, también a él se lo llevaron, junto con todo lo que tenía.
13 En aquel tiempo, Abram el hebreo vivía junto al bosque de un hombre llamado Mamré. Este hombre era amorreo, y tenía dos hermanos, Escol y Aner. Los tres eran amigos de Abram. Cuando uno de los que habían escapado de la batalla vino y le contó a Abram 14 que a su sobrino se lo habían llevado prisionero, Abram juntó a todos sus sirvientes capaces de luchar. Eran trescientos dieciocho hombres, y con ellos persiguió a los cuatro reyes hasta Dan. 15 Al caer la noche, Abram dividió a sus hombres y atacó por sorpresa a los cuatro reyes. Los derrotó y los persiguió hasta Hobá, ciudad que está al norte de Damasco. 16 Así liberó a Lot, a las mujeres y a su gente, y recuperó todas las riquezas y pertenencias de su sobrino.
17 Cuando Abram volvía de haber derrotado a Quedorlaómer y a sus reyes amigos, el rey de Sodoma salió a su encuentro en el Valle del Rey. 18 Allí Melquisedec, que era rey de Salem y sacerdote del Dios altísimo, sacó pan y vino, 19 y bendijo a Abram, diciéndole:
«Abram,
que te bendiga el Dios altísimo,
creador del cielo y de la tierra.
20 El Dios altísimo
merece todas las alabanzas,
pues te dio la victoria
sobre tus enemigos».
De inmediato, Abram le dio a Melquisedec la décima parte de todo lo que había recuperado. 21 Por su parte, el rey de Sodoma le dijo a Abram:
—Devuélveme a la gente, y quédate con las riquezas.
22 Sin embargo, Abram le contestó:
—Yo le he jurado al Dios altísimo, creador del cielo y de la tierra, 23 que no voy a aceptar nada de lo que es tuyo. No tomaré ni un hilo, ni la correa de una sandalia, para que nunca digas que tú me hiciste rico. 24 Solo aceptaré lo que mis hombres se han comido, y la parte que les toca a Aner, a Escol y a Mamré, los amigos que me acompañaron.
Abrán liberta a Lot
1 En los días en que Amrafel era rey de Sinar, Arioc rey de Elasar, Quedorlaomer rey de Elam, y Tidal rey de Goyín, sucedió
2 que estos reyes declararon la guerra contra Bera rey de Sodoma, Birsa rey de Gomorra, Sinab rey de Adma, Semeber rey de Zeboyin, y el rey de Bela, que es Soar.
3 Todos ellos se juntaron en el valle de Sidín, que es el Mar Salado.
4 Durante doce años habían servido a Quedorlaomer, pero en el año trece se rebelaron contra él.
5 Pero en el año catorce Quedorlaomer y los reyes que estaban de su parte fueron y derrotaron a los refaítas en Astarot Carnayin, a los zuzitas en Jam, a los emitas en Savé Quiriatayin,
6 y a los horeos en el monte de Seír. Llegaron hasta la llanura de Parán, que está junto al desierto.
7 Luego volvieron y llegaron hasta Enmispat, que es Cadés, y devastaron todo el territorio de los amalecitas, y también el de los amorreos, que habitaban en Jasesón Tamar.
8 Salieron entonces el rey de Sodoma, el rey de Gomorra, el rey de Adma, el rey de Zeboyin y el rey de Bela, que es Soar, y en el valle de Sidín presentaron batalla contra ellos,
9 es decir, contra Quedorlaomer rey de Elam, Tidal rey de Goyín, Amrafel rey de Sinar, y Arioc rey de Elasar. Eran cuatro reyes contra cinco.
10 Pero el valle de Sidín estaba lleno de pozos de asfalto, así que cuando huyeron el rey de Sodoma y el de Gomorra, algunos cayeron allí. Los demás huyeron al monte.
11 Los vencedores tomaron toda la riqueza de Sodoma y de Gomorra, y todas sus provisiones, y se fueron.
12 También tomaron a Lot, sobrino de Abrán, que moraba en Sodoma, y sus bienes, y se fueron.
13 Pero uno de los que escaparon fue y se lo dijo a Abrán el hebreo, que habitaba en el encinar de Mamre el amorreo. Este era hermano de Escol y de Aner, y estos dos eran aliados de Abrán.
14 Al oír Abrán que a su pariente lo habían hecho prisionero, armó a sus criados, los nacidos en su casa, que eran trescientos dieciocho, y los persiguió hasta Dan.
15 Y él y sus siervos cayeron sobre ellos de noche, y luego de atacarlos los persiguieron hasta Hoba, al norte de Damasco.
16 Así recobró todos los bienes, y también a su sobrino Lot y sus bienes, y a las mujeres y demás gente.
Melquisedec bendice a Abrán
17 Cuando volvía de haber derrotado a Quedorlaomer y a los reyes que estaban con él, el rey de Sodoma salió a recibirlo al valle de Save, que es el valle del Rey.
18 Entonces Melquisedec, que era rey de Salén y sacerdote del Dios altísimo, sacó pan y vino
19 y lo bendijo así: «Bendito seas, Abrán, del Dios altísimo, creador de los cielos y de la tierra,
20 y bendito sea el Dios altísimo, que puso en tus manos a tus enemigos.» Y le dio Abrán los diezmos de todo.
21 Entonces el rey de Sodoma le dijo a Abrán:
«Dame las personas, y quédate con los bienes.»
22 Pero Abrán le respondió al rey de Sodoma:
«He levantado mi mano al Señor, Dios altísimo, creador de los cielos y de la tierra,
23 para jurar que no tomaré nada de lo que es tuyo, ni siquiera un hilo ni una correa de calzado, para que no digas: “Yo enriquecí a Abrán”.
24 Solamente tomaré lo que comieron los jóvenes, y también tomarán su parte Aner, Escol y Mamre, los hombres que fueron conmigo.»