Las trompetas de plata
1 Dios le dijo a Moisés:
2-8 «Toma un martillo y haz dos trompetas de plata, que solo podrán tocar los sacerdotes descendientes de Aarón. Enséñale al pueblo que yo he dado esta orden: Cuando los sacerdotes toquen las dos trompetas, toda la gente se debe reunir delante de ti a la entrada del santuario. Un solo toque de trompeta significa que solo deben reunirse contigo los jefes de las tribus.
»Las trompetas también te servirán para darle al pueblo la señal de ponerse en marcha. El toque de dos trompetas acompañado de fuertes gritos querrá decir que deben ponerse en marcha todos los que estén al este del campamento. A un nuevo toque de trompeta, se pondrán en marcha los que estén acampados en el sur. Esta será una ley permanente para ustedes.
9 »Cuando haya una guerra y ustedes tengan que salir a pelear, toquen las trompetas y griten con todas sus fuerzas. Entonces yo, su Dios, me acordaré de ustedes y los salvaré de sus enemigos.
10 »Toquen también las trompetas cuando sean días de fiesta, a principio de mes y al presentarme ofrendas. Cuando lo hagan, yo me acordaré de ustedes».
Los israelitas se van del Sinaí
11 La nube que estaba sobre el santuario del pacto se levantó el día veinte del mes de Ziv, del segundo año. 12-13 Ese día, tal como Dios les había ordenado por medio de Moisés, los israelitas se levantaron y siguieron la nube desde el desierto de Sinaí hasta el desierto de Parán.
14-27 Las tribus de Israel, con sus respectivos jefes, marcharon en el siguiente orden:
La tribu de Judá, con su jefe Nahasón;
la tribu de Isacar, con su jefe Natanael;
la tribu de Zabulón, con su jefe Eliab;
la tribu de Rubén, con su jefe Elisur;
la tribu de Simeón, con su jefe Selumiel;
la tribu de Gad, con su jefe Eliasaf;
la tribu de Efraín, con su jefe Elisamá;
la tribu de Manasés, con su jefe Gamaliel;
la tribu de Benjamín, con su jefe Guidoní;
la tribu de Dan, con su jefe Ahiézer;
la tribu de Aser, con su jefe Paguiel y
la tribu de Neftalí, con su jefe Ahirá.
Entre las tribus de Zabulón y de Rubén marchaban los descendientes de Guersón y Merarí. Ellos eran los encargados de desarmar el santuario y de transportarlo por el camino, pues eran los únicos que podían hacerlo.
Entre las tribus de Gad y de Efraín marchaban los descendientes de Quehat. Ellos eran los encargados de llevar todos los utensilios del santuario. Como venían atrás, llegaban a donde iban a acampar y encontraban armado el santuario.
28 Siempre que los israelitas tenían que ponerse en marcha, iban en ese orden.
Moisés y Hobab
29 Moisés le dijo a su pariente Hobab hijo de Reuel, el madianita:
—Nosotros vamos al territorio que Dios nos va a dar. Ven con nosotros. Te trataremos bien, como Dios ha prometido tratarnos.
30 Pero Hobab le contestó:
—No, gracias. Prefiero regresar a la región en donde viven mis parientes.
31 Moisés le volvió a decir:
—No nos dejes. Tú conoces bien el desierto y sabes dónde podemos acampar. 32 Si vienes con nosotros y nos guías, te daremos una parte de todo lo que Dios nos dé.
33 Salieron del monte Sinaí, y caminaron durante tres días. En todo ese tiempo, los israelitas iban con el cofre del pacto, buscando un lugar donde acampar. 34 Por las mañanas, cuando estaban por iniciar la marcha, la nube de Dios se ponía encima de ellos 35 y Moisés decía:
«¡Dios mío, levántate!
»¡Haz que tus enemigos
huyan espantados!
¡Haz que los que te odian
se alejen de nosotros!»
36 Y cuando el cofre se detenía, Moisés decía:
«¡Dios mío,
no abandones a Israel,
tu pueblo numeroso!»
Las trompetas de plata
1 El Señor habló con Moisés, y le dijo:
2 «Haz dos trompetas de plata, labradas a martillo. Ellas te servirán para convocar a la congregación y para poner en movimiento a los campamentos.
3 Cuando se toquen, toda la congregación se reunirá ante ti, a la puerta del tabernáculo de reunión.
4 Si se toca una sola de ellas, entonces se congregarán ante ti los príncipes, es decir, los jefes de las legiones de Israel.
5 Cuando ustedes den el toque de alarma, entonces se pondrán en movimiento los campamentos que estén acampados al oriente.
6 Cuando den un segundo toque de alarma, se pondrán en movimiento los campamentos que estén acampados al sur; el toque de alarma anunciará su partida.
7 Pero para reunir a la congregación, el toque de alarma será diferente.
8 »Los hijos de Aarón, es decir, los sacerdotes, tocarán las trompetas. Este será un estatuto perpetuo para ustedes y para sus descendientes.
9 Y cuando en su tierra salgan a la guerra contra el enemigo que los ataque, darán el toque de alarma con las trompetas, para que yo, el Señor su Dios, me acuerde de ustedes y los salve de sus enemigos.
10 »Durante sus fiestas solemnes de principio de mes, tocarán las trompetas para anunciar sus holocaustos y sus sacrificios de paz, y yo, el Señor su Dios, me acordaré de ustedes.»
Los israelitas parten de Sinaí
11 El día veinte del mes segundo del año segundo, la nube se levantó del tabernáculo del testimonio
12 y, siguiendo la orden de ponerse en marcha, los hijos de Israel partieron del desierto de Sinaí, y la nube se detuvo en el desierto de Parán.
13 Partieron por primera vez, siguiendo la orden del Señor por medio de Moisés.
14 Los primeros en ponerse en marcha fueron los ejércitos del campamento de los hijos de Judá, bajo su bandera y comandados por Nasón hijo de Aminadab.
15 El ejército de la tribu de los hijos de Isacar estaba comandado por Natanael hijo de Suar.
16 El ejército de la tribu de los hijos de Zabulón estaba comandado por Eliab hijo de Helón.
17 Los hijos de Guersón y los hijos de Merari, que estaban a cargo de llevar el tabernáculo, se pusieron en marcha después de desarmarlo.
18 Luego se pusieron en marcha los ejércitos y la bandera del campamento de Rubén, comandados por Elisur hijo de Sedeur.
19 Al mando del ejército de la tribu de los hijos de Simeón estaba Selumiel hijo de Surisaday,
20 y al mando del ejército de la tribu de los hijos de Gad estaba Eliasaf hijo de Deuel.
21 Luego se pusieron en movimiento los coatitas, que llevaban el santuario, y mientras ellos llegaban, los otros acondicionaron el tabernáculo.
22 Después se pusieron en marcha los ejércitos y la bandera del campamento de los hijos de Efraín, bajo el mando de Elisama hijo de Amiud.
23 Al mando del ejército de la tribu de los hijos de Manasés estaba Gamaliel hijo de Pedasur,
24 y al mando del ejército de la tribu de los hijos de Benjamín estaba Abidán hijo de Gedeoni.
25 A continuación, y cerrando la marcha de todos los campamentos, se pusieron en movimiento los ejércitos y la bandera del campamento de los hijos de Dan, bajo el mando de Ajiezer hijo de Amisaday.
26 Al mando del ejército de la tribu de los hijos de Aser estaba Pagiel hijo de Ocrán,
27 y al mando del ejército de la tribu de los hijos de Neftalí estaba Ajirá hijo de Enán.
28 Cada vez que se ponían en marcha, este era el orden de los ejércitos de los hijos de Israel.
29 Entonces Moisés le dijo a su suegro, es decir, al madianita Hobab hijo de Ragüel:
«Nosotros estamos en camino, hacia el lugar que el Señor prometió darnos. Ven con nosotros, que cuidaremos de ti, porque el Señor ha prometido cuidar de Israel.»
30 Pero Hobab le respondió:
«No puedo ir. Voy a volver a mi tierra, donde está mi parentela.»
31 Moisés insistió:
«Por favor, no nos dejes. Tú conoces los lugares donde debemos de acampar en el desierto, y nos servirás de guía.
32 Si vienes con nosotros, cuidaremos de ti, así como el Señor cuidará de nosotros.»
33 Y así partieron del monte del Señor y caminaron tres días. El arca del pacto del Señor se adelantó a ellos tres días, para buscarles un lugar donde descansar.
34 Y durante el día, desde que salieron del campamento, la nube del Señor los cubría.
35 Cuando el arca se ponía en marcha, Moisés decía: «Levántate, Señor, y que tus enemigos se dispersen; ¡que huyan de tu presencia los que te aborrecen!»
36 Y cuando se detenía, Moisés decía: «¡Vuelve, Señor, vuelve a las legiones de legiones de Israel!»