Los que pueden entrar al Santuario
1 1 (2) Moisés continuó diciendo:
«No pueden entrar en el Santuario de Dios los hombres con testículos aplastados, o sin pene.
2 2 (3) »Tampoco podrán entrar los hijos de matrimonios entre hombres israelitas y mujeres extranjeras. Ninguno de sus descendientes podrá hacerlo.
3 3 (4) »Tampoco podrán entrar los amonitas, ni los moabitas, ni sus descendientes. 4 4 (5) Ninguno de esos dos pueblos quiso darles a ustedes alimentos y agua, cuando ustedes venían de Egipto a la tierra que Dios prometió darles. Además, emplearon a Balaam hijo de Beor, que era de la ciudad de Petor en Mesopotamia, para que lanzara contra ustedes una maldición. 5 5 (6) Sin embargo, nuestro Dios los ama a ustedes tanto que no hizo caso de Balaam. Al contrario, convirtió la maldición en una bendición para ustedes. 6 6 (7) Procuren, pues, que esos dos pueblos nunca tengan paz ni prosperidad.
7-8 7-8 (8-9) »Los descendientes de los edomitas sí podrán entrar en el Santuario, porque son parientes de ustedes. También podrán entrar los descendientes de los egipcios, porque ustedes vivieron en su país».
Normas sanitarias
9 9 (10) En cuanto a la salud, Moisés dijo:
«Cuando vayan a la guerra y tengan que acampar en algún lugar, tengan cuidado de no hacer nada que desagrade a Dios. 10 10 (11) Por ejemplo, si durante la noche alguien queda impuro deberá salir del campamento y no entrará durante todo el día. 11 11 (12) Al caer la tarde, ese hombre se bañará, y por la noche podrá volver al campamento.
12-14 12-14 (13-15) »Dios se encuentra en medio de ustedes, para protegerlos y darles la victoria sobre sus enemigos. Por lo tanto, el campamento debe permanecer limpio de todo aquello que le desagrada. Para sus necesidades físicas, ustedes deberán apartar un lugar fuera del campamento, y hacer allí un hoyo para enterrarlo todo. Si Dios encuentra en el campamento algo que le desagrade, será él quien se aparte de ustedes.
Otras instrucciones
15 15 (16) »Si un esclavo de otro país huye y llega al país de ustedes pidiendo protección, no lo devuelvan a sus dueños. 16 16 (17) Al contrario, trátenlo bien y permítanle escoger la ciudad israelita donde le gustaría vivir.
17 17 (18) »En el culto a Dios, no practiquen la prostitución como lo hacen otros pueblos para adorar a sus dioses. 18 18 (19) Dios odia a quienes hacen eso, y jamás aceptará una ofrenda de gente así, aun cuando la ofrenda sea para cumplir una promesa.
19 19 (20) »Si a otro israelita le prestan dinero, comida o alguna otra cosa, no le cobren intereses. 20 20 (21) Solo podrán cobrarles intereses a los extranjeros. Si cumplen con esta norma, Dios los bendecirá en todo lo que hagan en el país donde van a vivir.
21-22 21-22 (22-23) »Cumplan sus promesas a Dios. El que no promete no comete pecado. En cambio, el que promete y no cumple, sí comete pecado. Dios castigará a quien no cumpla sus promesas. 23 23 (24) Si alguien, por su propia voluntad, le hace una promesa, tiene la obligación de cumplirla.
24 24 (25) »Si alguien entra al viñedo de otra persona, tiene derecho a comer allí todas las uvas que quiera, pero no podrá llevarse ni una sola. 25 25 (26) De igual manera, si entra a un campo de trigo ajeno, tiene derecho a arrancar con la mano todas las espigas que quiera, pero no podrá cortarlas con ninguna herramienta».
Los que pueden entrar al Santuario
1 1 (2) Moisés continuó diciendo:
«No pueden entrar en el Santuario de Dios los hombres con testículos aplastados, o sin pene.
2 2 (3) »Tampoco podrán entrar los hijos de matrimonios entre hombres israelitas y mujeres extranjeras. Ninguno de sus descendientes podrá hacerlo.
3 3 (4) »Tampoco podrán entrar los amonitas, ni los moabitas, ni sus descendientes. 4 4 (5) Ninguno de esos dos pueblos quiso darles a ustedes alimentos y agua, cuando ustedes venían de Egipto a la tierra que Dios prometió darles. Además, emplearon a Balaam hijo de Beor, que era de la ciudad de Petor en Mesopotamia, para que lanzara contra ustedes una maldición. 5 5 (6) Sin embargo, nuestro Dios los ama a ustedes tanto que no hizo caso de Balaam. Al contrario, convirtió la maldición en una bendición para ustedes. 6 6 (7) Procuren, pues, que esos dos pueblos nunca tengan paz ni prosperidad.
7-8 7-8 (8-9) »Los descendientes de los edomitas sí podrán entrar en el Santuario, porque son parientes de ustedes. También podrán entrar los descendientes de los egipcios, porque ustedes vivieron en su país».
Normas sanitarias
9 9 (10) En cuanto a la salud, Moisés dijo:
«Cuando vayan a la guerra y tengan que acampar en algún lugar, tengan cuidado de no hacer nada que desagrade a Dios. 10 10 (11) Por ejemplo, si durante la noche alguien queda impuro deberá salir del campamento y no entrará durante todo el día. 11 11 (12) Al caer la tarde, ese hombre se bañará, y por la noche podrá volver al campamento.
12-14 12-14 (13-15) »Dios se encuentra en medio de ustedes, para protegerlos y darles la victoria sobre sus enemigos. Por lo tanto, el campamento debe permanecer limpio de todo aquello que le desagrada. Para sus necesidades físicas, ustedes deberán apartar un lugar fuera del campamento, y hacer allí un hoyo para enterrarlo todo. Si Dios encuentra en el campamento algo que le desagrade, será él quien se aparte de ustedes.
Otras instrucciones
15 15 (16) »Si un esclavo de otro país huye y llega al país de ustedes pidiendo protección, no lo devuelvan a sus dueños. 16 16 (17) Al contrario, trátenlo bien y permítanle escoger la ciudad israelita donde le gustaría vivir.
17 17 (18) »En el culto a Dios, no practiquen la prostitución como lo hacen otros pueblos para adorar a sus dioses. 18 18 (19) Dios odia a quienes hacen eso, y jamás aceptará una ofrenda de gente así, aun cuando la ofrenda sea para cumplir una promesa.
19 19 (20) »Si a otro israelita le prestan dinero, comida o alguna otra cosa, no le cobren intereses. 20 20 (21) Solo podrán cobrarles intereses a los extranjeros. Si cumplen con esta norma, Dios los bendecirá en todo lo que hagan en el país donde van a vivir.
21-22 21-22 (22-23) »Cumplan sus promesas a Dios. El que no promete no comete pecado. En cambio, el que promete y no cumple, sí comete pecado. Dios castigará a quien no cumpla sus promesas. 23 23 (24) Si alguien, por su propia voluntad, le hace una promesa, tiene la obligación de cumplirla.
24 24 (25) »Si alguien entra al viñedo de otra persona, tiene derecho a comer allí todas las uvas que quiera, pero no podrá llevarse ni una sola. 25 25 (26) De igual manera, si entra a un campo de trigo ajeno, tiene derecho a arrancar con la mano todas las espigas que quiera, pero no podrá cortarlas con ninguna herramienta».