Judá y Jerusalén serán castigadas
1 Isaías advierte a los habitantes de Judá y Jerusalén:
«¡Fíjense bien!
El Dios todopoderoso
dejará sin pan ni agua
a Jerusalén y al reino de Judá.
2-3 »Dios hará que desaparezcan
el valiente y el guerrero,
el juez y el profeta,
el capitán y el anciano,
el rico y el consejero,
el adivino y el artesano.
4 »Dios pondrá a niños y muchachos
como jefes y gobernantes.
5 La vida se volverá tan difícil
que hasta entre amigos se atacarán.
Los jóvenes insultarán a los viejos
y los pobres a los ricos.
6 Uno le dirá a su hermano:
“Solo tú puedes gobernar
sobre este montón de ruinas
porque en casa de nuestro padre
al menos tienes ropa que ponerte”.
7 »Pero el otro le responderá:
“En mi casa no tengo comida
ni ropa que ponerme.
Ni se te ocurra hacerme jefe del pueblo;
¡yo no puedo arreglar este desastre!”
8 »Jerusalén se derrumba,
el reino de Judá está en ruinas,
porque allí todos ofenden a Dios.
9 »Todos ellos son culpables;
¡en la cara se les ve!
Nadie esconde sus pecados;
ni siquiera los disimulan.
Se están portando igual
que los habitantes de Sodoma.
Nada bueno les espera;
se están ganando su propio castigo.
10-11 ¡Qué mal le irá al malvado!
¡Dios lo castigará por todo lo que ha hecho!
En cambio, Dios bendecirá al obediente,
y lo recompensará por su buena conducta.
Los malos gobernantes
12 »Los gobernantes engañan a mi pueblo,
y lo llevan por mal camino;
hasta las mujeres y los niños
gobiernan y abusan de la gente.
13 »Dios está por juzgar a su pueblo.
14 Lo llamará a juicio
y les dirá a sus líderes y jefes:
“Ustedes han destruido a mi pueblo querido.
Han robado a los pobres
y han guardado en sus casas
todo lo que se robaron.
15 ¿Con qué derecho abusan de mi pueblo
y maltratan a los pobres?”
»Yo, el Dios todopoderoso,
les juro que así es».
Dios castiga a las mujeres orgullosas
16 Dios les dijo a las mujeres de Jerusalén:
«Mujeres de Jerusalén,
ustedes son tan orgullosas
que andan con la cabeza levantada,
miran a todos con desprecio,
se menean al caminar
y llaman la atención haciendo sonar
los adornos que llevan en los tobillos.
17 Pero yo las dejaré desnudas,
con las cabezas peladas
y llenas de llagas.
18-23 »Mujeres de Jerusalén,
llegará el día en que haré desaparecer
todos los adornos que ustedes usan
en las manos y en los pies,
en la cara y en el cuello,
en el pelo y en las orejas,
en los dedos y en la cintura.
También les quitaré
sus perfumes y sus espejos,
sus mantos y sus bolsos,
sus sandalias y sus finos vestidos.
24 »Mujeres de Jerusalén,
hoy andan perfumadas,
mañana olerán mal;
hoy usan cinturón,
mañana usarán una soga;
hoy se visten con ropa fina,
mañana vestirán trapos viejos;
hoy se ven muy hermosas,
mañana estarán llenas de cicatrices;
hoy se peinan con elegancia,
mañana no tendrán nada que peinarse».
25 Dios también dijo:
«Los guerreros de Jerusalén
morirán en el campo de batalla.
26 La gente llorará y se pondrá de luto,
y la ciudad quedará abandonada.
Judá y Jerusalén serán castigadas
1 Isaías advierte a los habitantes de Judá y Jerusalén:
«¡Fíjense bien!
El Dios todopoderoso
dejará sin pan ni agua
a Jerusalén y al reino de Judá.
2-3 »Dios hará que desaparezcan
el valiente y el guerrero,
el juez y el profeta,
el capitán y el anciano,
el rico y el consejero,
el adivino y el artesano.
4 »Dios pondrá a niños y muchachos
como jefes y gobernantes.
5 La vida se volverá tan difícil
que hasta entre amigos se atacarán.
Los jóvenes insultarán a los viejos
y los pobres a los ricos.
6 Uno le dirá a su hermano:
“Solo tú puedes gobernar
sobre este montón de ruinas
porque en casa de nuestro padre
al menos tienes ropa que ponerte”.
7 »Pero el otro le responderá:
“En mi casa no tengo comida
ni ropa que ponerme.
Ni se te ocurra hacerme jefe del pueblo;
¡yo no puedo arreglar este desastre!”
8 »Jerusalén se derrumba,
el reino de Judá está en ruinas,
porque allí todos ofenden a Dios.
9 »Todos ellos son culpables;
¡en la cara se les ve!
Nadie esconde sus pecados;
ni siquiera los disimulan.
Se están portando igual
que los habitantes de Sodoma.
Nada bueno les espera;
se están ganando su propio castigo.
10-11 ¡Qué mal le irá al malvado!
¡Dios lo castigará por todo lo que ha hecho!
En cambio, Dios bendecirá al obediente,
y lo recompensará por su buena conducta.
Los malos gobernantes
12 »Los gobernantes engañan a mi pueblo,
y lo llevan por mal camino;
hasta las mujeres y los niños
gobiernan y abusan de la gente.
13 »Dios está por juzgar a su pueblo.
14 Lo llamará a juicio
y les dirá a sus líderes y jefes:
“Ustedes han destruido a mi pueblo querido.
Han robado a los pobres
y han guardado en sus casas
todo lo que se robaron.
15 ¿Con qué derecho abusan de mi pueblo
y maltratan a los pobres?”
»Yo, el Dios todopoderoso,
les juro que así es».
Dios castiga a las mujeres orgullosas
16 Dios les dijo a las mujeres de Jerusalén:
«Mujeres de Jerusalén,
ustedes son tan orgullosas
que andan con la cabeza levantada,
miran a todos con desprecio,
se menean al caminar
y llaman la atención haciendo sonar
los adornos que llevan en los tobillos.
17 Pero yo las dejaré desnudas,
con las cabezas peladas
y llenas de llagas.
18-23 »Mujeres de Jerusalén,
llegará el día en que haré desaparecer
todos los adornos que ustedes usan
en las manos y en los pies,
en la cara y en el cuello,
en el pelo y en las orejas,
en los dedos y en la cintura.
También les quitaré
sus perfumes y sus espejos,
sus mantos y sus bolsos,
sus sandalias y sus finos vestidos.
24 »Mujeres de Jerusalén,
hoy andan perfumadas,
mañana olerán mal;
hoy usan cinturón,
mañana usarán una soga;
hoy se visten con ropa fina,
mañana vestirán trapos viejos;
hoy se ven muy hermosas,
mañana estarán llenas de cicatrices;
hoy se peinan con elegancia,
mañana no tendrán nada que peinarse».
25 Dios también dijo:
«Los guerreros de Jerusalén
morirán en el campo de batalla.
26 La gente llorará y se pondrá de luto,
y la ciudad quedará abandonada.