La protección de Dios
(1) Himno de David.
Instrucciones para el director del coro: Este himno deberá cantarse acompañado de música de flautas.
1-3 1-3 (2-4) Mi rey y mi Dios,
escucha con atención mis palabras;
toma en cuenta mis súplicas,
escucha mi llanto,
pues a ti dirijo mi oración.
Tan pronto como amanece
te presento mis ruegos,
y quedo esperando tu respuesta.
4 4 (5) A ti, Dios mío,
no te agrada la maldad.
Por eso los malvados
no pueden vivir contigo;
5 5 (6) no soportas a los orgullosos
ni amas a los malhechores.
6 6 (7) ¡Tú destruyes a los mentirosos,
y rechazas a los tramposos y asesinos!
7 7 (8) Pero a mí me quieres tanto
que me dejas entrar en tu templo,
y allí me dejas hacer mis oraciones.
8 8 (9) Dios mío,
¡enséñame a hacer el bien!
¡Llévame por el buen camino,
pues no quiero que mis enemigos
triunfen sobre mí!
9 9 (10) Ellos son unos mentirosos
y solo piensan en destruirme.
Nunca dicen la verdad,
y solo hablan de muerte.
10 10 (11) ¡No los perdones, Dios mío!
¡Haz que fracasen sus planes malvados!
Ya es mucho lo que han pecado;
¡recházalos por luchar contra ti!
11 11 (12) Pero que vivan alegres
todos los que en ti confían;
¡que siempre canten de alegría
bajo tu protección!
¡Que sean felices
todos los que te aman!
12 12 (13) Tú, Dios mío,
bendices al que es bueno,
y con tu amor lo proteges.
La protección de Dios
(1) Himno de David.
Instrucciones para el director del coro: Este himno deberá cantarse acompañado de música de flautas.
1-3 1-3 (2-4) Mi rey y mi Dios,
escucha con atención mis palabras;
toma en cuenta mis súplicas,
escucha mi llanto,
pues a ti dirijo mi oración.
Tan pronto como amanece
te presento mis ruegos,
y quedo esperando tu respuesta.
4 4 (5) A ti, Dios mío,
no te agrada la maldad.
Por eso los malvados
no pueden vivir contigo;
5 5 (6) no soportas a los orgullosos
ni amas a los malhechores.
6 6 (7) ¡Tú destruyes a los mentirosos,
y rechazas a los tramposos y asesinos!
7 7 (8) Pero a mí me quieres tanto
que me dejas entrar en tu templo,
y allí me dejas hacer mis oraciones.
8 8 (9) Dios mío,
¡enséñame a hacer el bien!
¡Llévame por el buen camino,
pues no quiero que mis enemigos
triunfen sobre mí!
9 9 (10) Ellos son unos mentirosos
y solo piensan en destruirme.
Nunca dicen la verdad,
y solo hablan de muerte.
10 10 (11) ¡No los perdones, Dios mío!
¡Haz que fracasen sus planes malvados!
Ya es mucho lo que han pecado;
¡recházalos por luchar contra ti!
11 11 (12) Pero que vivan alegres
todos los que en ti confían;
¡que siempre canten de alegría
bajo tu protección!
¡Que sean felices
todos los que te aman!
12 12 (13) Tú, Dios mío,
bendices al que es bueno,
y con tu amor lo proteges.